Indudablemente, la narración hípica tuvo en Augusto Ferrando a su más famoso exponente. El siglo pasado y su década del 60, contó con grandes relatores y periodistas que hacían vibrar de emoción a sus oyentes. Recordemos a Federico Roggero, Raúl Serrano Jr., Willy Aramburú, Augusto Proaño y otros, tan buenos como los que nombro. Los conocí, cuando otro grande como ellos, me invitó a ser su locutor comercial desde el Hipódromo de Monterrico.
Me refiero a Víctor Oyanguren. Lo recuerdo premunido de su largavista, su programa de carreras y su tacita de café, concentrado en los aprontes que se tejían durante la semana. Hombre temperamental que, como todos, no se salvaba de las tomaduras de pelo del negro Ferrando. Salíamos por Radio Excelsior y era la versión oral del Semanario Hípico "Al Galope", acreditado medio escrito de gran aceptación.
Nuestra labor estaba comprometida no sólo con los comerciales; debíamos anunciar los discos, salir de la rutina y, en cierto modo, entre carrera y carrera, matizar animadamente la audición. Por otro lado, este neófito de las apuestas aprendió a leer el Tablero Automático y recuerdo con nostalgia el nombre del popular "Bombo Viejo", un tordillo que fue estrella de las pistas y al que el público favorecía. Recordar a Carbonell, Alquinta, Ochoa y otros látigos que hicieron historia.
Víctor Oyanguren, gerenciaba un reconocido laboratorio de perfumes y gozaba de una buena posición económica y social. Compartimos reuniones en su hogar y e aquí algunas coincidencias. Yo había superado una hospitalización y era, igualmente, locutor de Victoria T.V. Canal 2. Me reintegré al programa de Víctor. Este, cosas del destino, tuvo una emergencia de salud y se internó sorpresívamente. Lo reemplazó, esa gran persona que fue Augusto Proaño. Nació, en estas circunstancias, una insuperable amistad con Oyanguren y su familia.
Pasó el tiempo, dejamos el Hipódromo, mantuvimos siempre un contacto de amigos, hasta que sucedió un reencuentro. Víctor, fue electo Alcalde de Jesús María y un servidor, Presidente de la Asociación de Locutores del Perú. Fuimos invitados a su juramentación y el propio Oyanguren, demostrando su respeto a los hombres del micrófono, propuso un lugar en la cuadra 9 de Cuba, para erigir nuestro proyectado Obelisco. Cómo olvidar la colocación de la primera piedra y, más adeelante, nuestras celebraciones por El Día del Locutor.
Triste es decirlo, terminado nuestro período dirigencial, aquel proyecto de Víctor y un servidor, fue abandonado y, hace poco, la actual Alcaldía de Jesús María, en vista de la poca importancia de quienes nos sucedieron, ha borrado esa huella dejada por dos amigos que amamos la locución. Sólo me queda evocarlo con sus brillantes narraciones desde Monterrico. Su presencia en todas nuestras actividades. Me queda su espíritu estoico y su ejemplo de hermandad. Está al lado del Todopoderoso, anunciando "Al Galope". Siempre contigo, "VÍCTOR OYANGUREN AGÜERO".
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