En esta foto aparecen Nora Guzmán, Marco An- tonio Castro, Bertha Palacios, ARMANDO, Ra- fael González Guía y Zarela Cruzado. Abajo: José Ugaz. Oscar Ross y Sergio Vergara. |
De la misma generación es Armando Ortiz Lambert. En nuestros inicios, siempre oía mencionarlo y alabar su estilo y cultura. Me encargaría de reconocer estas afirmaciones, cuando, en la década del 50, es contratado por Radio Victoria no como locutor, sino más bien, como Productor y Libretista de una audición llamada "El Juez tiene la palabra". El protagonista, nada menos que Rafael González Guía, connotado actor venezolano y famoso por "Las Mil y una Noches" y "El Monje Loco".
En esa producción, mostró Armando Ortiz Lambert toda su creatividad para tratar los más famosos casos judiciales y promoviendo las espectativas más espectaculares entre el público oyente. En la era de la televisión, Pablo de Madalengoitia intentó algo similar con "Usted es el Juez". Y en los últimos años, en vivo y en directo "El caso Fujimori". Siempre existió vocación para tratar en todos los medios, aquellos sucesos que terminaban como casos judiciales de gran connotación.
Armando Ortiz Lambert, hombre de buena presencia y atildado en el hablar, fue el presentador oficial de toda actividad artística de alto nivel. Corréctamente vestido para cada ceremonia, se lucía en el Municipal o el Segura, presentando a las Compañías de Óperas y Zarzuelas. Comentarista especializado en la Radio y dueño de una cultura sobresaliente. En los inicios de la radiotelefonía, era el Maestro de Ceremonias por excelencia y Conductor de grandes programas de Concurso.
No le reconozco una gran voz pero sí, un estilo diferente e improvisación de primera. Había actuado en el extranjero y en los bajos de la Cabaña, triunfaban Carlos Alfonso Delgado y David Odría. Se limitaría a la producción de libretos y adaptación de novelas para el Radioteatro. Un altercado con el dueño de la estación, José Eduardo Cavero, terminó abruptamente cuando, con testigos al frente, increpó al ex-empleado textil con un adjetivo que resuena aún en mis oídos: ¡Chompero!.
Creo haber cumplido con revivir a este talentoso comunicador. Desde mi modesto punto de vista, un genio en todo lo que sabía hacer. Lo traté muy poco y siempre gocé de su respeto generoso. Se retiró del ambiente de sus triunfos, de manera silenciosa. Cumplió y dejó escuela. Pertenece a esa gloriosa generación de grandes hombres del micrófono y nosotros, estamos cumpliendo con resaltar a los triunfadores del ayer, como: "ARMANDO ORTIZ LAMBERT". "La Elegancia en el Hablar".
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