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jueves, 4 de marzo de 2010

"ARMANDO ORTIZ LAMBERT". "Pulcro y Elegante en el Hablar".

En esta foto aparecen Nora Guzmán, Marco An-
tonio Castro, Bertha Palacios, ARMANDO, Ra-
fael González Guía y Zarela Cruzado. Abajo:
José Ugaz. Oscar Ross y Sergio Vergara.
La época de Radio Dusa, Grellaud e Internacional, antecesoras de Radio Nacional del Perú, sirvió para engendrar talentos de la locución peruana. Teníamos a Guillermo Lecca, Roberto Cruzalegui, Alfonso D'Alessio, Juán Malborg Ratto y la prometedora Maruja Venegas Salinas. Luego vendrían con la emisora del Estado, Rosa Hernando, Juán Fernández Stoll y Julio Garazatúa, una de las voces más comentadas por quienes vivieron esa etapa inicial de la Radio.

De la misma generación es Armando Ortiz Lambert. En nuestros inicios, siempre oía mencionarlo y alabar su estilo y cultura. Me encargaría de reconocer estas afirmaciones, cuando, en la década del 50, es contratado por Radio Victoria no como locutor, sino más bien, como Productor y Libretista de una audición llamada "El Juez tiene la palabra". El protagonista, nada menos que Rafael González Guía, connotado actor venezolano y famoso por "Las Mil y una Noches" y "El Monje Loco".

En esa producción, mostró Armando Ortiz Lambert toda su creatividad para tratar los más famosos casos judiciales y promoviendo las espectativas más espectaculares entre el público oyente. En la era de la televisión, Pablo de Madalengoitia intentó algo similar con "Usted es el Juez". Y en los últimos años, en vivo y en directo "El caso Fujimori". Siempre existió vocación para tratar en todos los medios, aquellos sucesos que terminaban como casos judiciales de gran connotación.

Armando Ortiz Lambert, hombre de buena presencia y atildado en el hablar, fue el presentador oficial de toda actividad artística de alto nivel. Corréctamente vestido para cada ceremonia, se lucía en el Municipal o el Segura, presentando a las Compañías de Óperas y Zarzuelas. Comentarista especializado en la Radio y dueño de una cultura sobresaliente. En los inicios de la radiotelefonía, era el Maestro de Ceremonias por excelencia y Conductor de grandes programas de Concurso.

No le reconozco una gran voz pero sí, un estilo diferente e improvisación de primera. Había actuado en el extranjero y en los bajos de la Cabaña, triunfaban Carlos Alfonso Delgado y David Odría. Se limitaría a la producción de libretos y adaptación de novelas para el Radioteatro. Un altercado con el dueño de la estación, José Eduardo Cavero, terminó abruptamente cuando, con testigos al frente, increpó al ex-empleado textil con un adjetivo que resuena aún en mis oídos: ¡Chompero!.

Creo haber cumplido con revivir a este talentoso comunicador. Desde mi modesto punto de vista, un genio en todo lo que sabía hacer. Lo traté muy poco y siempre gocé de su respeto generoso. Se retiró del ambiente de sus triunfos, de manera silenciosa. Cumplió y dejó escuela. Pertenece a esa gloriosa generación de grandes hombres del micrófono y nosotros, estamos cumpliendo con  resaltar a los triunfadores del ayer, como: "ARMANDO ORTIZ LAMBERT". "La Elegancia en el Hablar".

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