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martes, 24 de septiembre de 2013

¡GRACIAS A LA VIDA! CUMPLIMOS 79 Y ESTA ES LA REFLEXIÓN DE JOSÉ CARLOS SERVÁN MEZA.

Tengo 79 años
Nacimos un 25 de Setiembre de 1934 y desde que adquirimos conciencia nos atrajo la radio. Apenas un niño me acomodaba sobre las duras piernas de mi padre para oír la música y voces que salían del receptor "Philco" y empezaba mi silenciosa exploración para saber de donde procedían. Me agradaba el sonido en aquella todavía primaria acústica en esa caja de madera especial. Me acostumbré a la ópera en noches hogareñas y en familia. Era lo que más se programaba y la música de los grandes maestros. Había costumbre. Todavía no se amanecían las emisoras y puedo deducir que funcionaban por aquel tiempo Radio Internacional, Dusa, Grellaud y Lima, por nombrar las que existían.

¡Parece mentira!...
Hay que recordar que sus horarios fueron restringidos. Dos horas en las mañanas, otras dos al medio día y tres o cuatro al finalizar la jornada. Ya leíamos los cuentos de Julio Verne y podíamos repasar las letras de los musicales que nos traía "El Cancionero de Lima". Gran herencia que conservo y que me permite escribir ahora. "Voces en Onda" y "Alta Voz", dos revistas que coleccionábamos en casa. Hoy, con sus páginas amarillas y gastadas por el tiempo, nos dan ocasión de volver a aquel pasado feliz y en el que nuestra virgen mente se llenaba de recuerdos. También los trágicos como el terremoto de 1940 en Mayo. Han transcurrido 79 años y estamos en la era de la computadora.

Aprendimos mucho.
Nos hemos llenado de amigos y quizá muchos más de los que coleccionamos en el camino de la vida. La magia digital nos ha cubierto con sus maravillas y también nos hace notar las diferencias. Aquello de que todo tiempo pasado fue mejor es verdad. No se si fue virtud el saber elegir la música. Habían opciones y se podía escoger entre la clásica selecta y el modernismo del tango y el bolero. Ya estaban cantando Jesús Vásquez, Los Trovadores del Perú, Delia Vallejos, Pipo Cómena y Alicia Lizárraga. Y casi todos llegaron al 2000. ¡Gracias a Dios! Algo pudo aprender nuestra generación y en este siglo de peligros atómicos o bacteriológicos hay abundancia de ritmos extraños sólo para los pies.

Olvidamos poco...
Jamás se nos imaginó hacer "periodismo". Porque comentar y criticar es parte de ello y sin la calidad de los famosos que admiramos, algo bueno hacemos. Nuestros 15 blogs lo acreditan. No advino cómo surgieron y pareciera consecuencia de imágenes de una galaxia que aparecen de pronto. Quedamos sorprendidos y es grato recibir halagos. Siempre en la sombra. Sin aspavientos y sin buscar la bendita notoriedad. Aquí estamos y sobreviviendo a muchas amenazas que afectaron nuestros 79 años. Las gracias a mamá y papá que me trajeron y feliz de haber sido siete hermanos que jamás dejamos de querernos. Mis hijos. Benditos sean. Los amo y me quieren. Lo siento así y nos iremos algún día con esta idea que me fortalece el espíritu.

Cumplimos las tareas
Desde 1950 nos encandilamos de enfrentarnos a un micrófono y supimos combatir en ese cuadrilátero de una cabina de locución. Conocimos a verdaderos maestros y probamos de todo. He aprendido que ser agradecido es lo que distingue al mejor. No lo somos, pero va para José Eduardo Cavero Andrade mi reconocimiento. Admiré su talento en las veces que estuve en su radio Victoria y Canal 2. Fuimos huésped de Radio Selecta cuando emigré de la emisora de la que más recuerdos tengo. Grato reconocer que Alberto Arenas y José Lázaro Tello me indujeron, en distintos caminos, a recibir mi diploma de locutor y que luzco con orgullo en esa imaginaria pared del éxito.

Gracias y...¡ hasta los 80!
Al cumplir 79 reconozco que les debo la vida, cuando estuvo en peligro, a Patricia Pimentel Álvarez, mi oncóloga y a Martìn Colcca Cahuana, el que me operó. Un especial reconocimiento a Claudio Zegarra Ames, el médico de casa y gran amigo. A mi vara, en su ocasión, y se trata de Martín Mondragón, amigo de mi "cuñao". Ahora déjenme llorar, porque ya no está mi adorada Antonieta y quiero refugiarme sólo en el cariño de mis hijos y nietos. ¡Feliz cumpleaños José Carlos Serván! Te lo dice tu computadora y que se ha convertido en tu confidente cuando "hablas" con toda esa maravillosa gente que escribe y "chatea" contigo. ¡GRACIAS A QUIENES ME OBSEQUIAN SU AMISTAD! Gracias.