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jueves, 6 de enero de 2011

"JOHNNY SALIM". GRAN LOCUTOR Y EL FAMOSO "TÍO JOHNNY".

¡Fue grande el "Tío Johnny".
Un primer recuerdo de Johnny Salim, es aquel de la marcha al Congreso de la República que efectuáramos los locutores en época de nuestro frustrado Sindicato. Todavía ni pensaba en ser "El Tío Johnny". Cumplía labores de locutor en Radio "América", cuando su local estaba en el Jr. Ocoña. No puedo olvidarlo dando arengas y confundido entre los famosos de la radio: David Odría, José Lázaro Tello, que fue el que me invitó a este acto de solidaridad, Fernando Farrez, Manuel Ñique, César Matías Pachas y otros.

Año 1954. Nuestros inicios en Radio Victoria. Confundido entre ellos, buscábamos se aprobara la Ley para lograr las 4 horas, como la base mínima de obligación frente al micrófono. Era costumbre utilizarnos mañana, tarde y noche, hasta completar las 8 horas. Aún recuerdo que tiempo después, se lograría un adicional en la Ley, que facultaba al locutor de noticieros a ser considerado "empleado", con todas las ventajas señaladas. En la televisión, logramos en Canal 4, obtuviera estos beneficios Arturo Pomar. Ley de los especialistas.

Volvamos al inquieto Johnny Salim. Cumplía su turno en la radio y era dueño de un estilo diferente. Sabía improvisar muy bien y aunque no llegó a brillar como animador, si logró convertirse en un buen montadiscos. Creó programas musicales que impuso con su simpatía particular y paso a paso, ya en la era de "América Televisión" cuyo mundo infantil había sido del recordado "Tío Juán", fue buscando una distinta personalidad y apareció "El Tío Johnny", el de saco a rayas vistoso y la "sarita", semejante a Maurice Chevalier. 

Nadie puede olvidar a Johnny Salim, convertido en poco tiempo, en un personaje singular. En cierto modo tuvo gran ayuda, dada su espectacular figura, de las agencias publicitarias que empezaron a invertir en las tardes memorables de sus actuaciones. Había que verlo, siempre al comenzar, saboreando un vaso de fresca leche. Los ojos y gestos eran elocuentes y convencía a los niños a no dejar una sola gota de la misma. Era todo un espectáculo. Gran actuación frente a cámaras, mucho ensayo y gran dedicación.

Ganó innumerables trofeos como mejor programa infantil. Muchas estrellas surgieron de sus concursos, Tuvo un largo trajinar y era infatigable en la animación. Soportó muchas veces, dadas las exigencias de los clientes, hasta tres horas de continuada programación, siendo él, y nadie más que él, la estrella. Vendrían contratos nuevos y llegó a actuar en "Panamericana T.V", un auge envidiable y descubriendo valores del canto, baile y actuación que, gracias a su buena visión, tuvieron esa oportunidad y se hicieron famosos.

¡Qué tiempos aquellos! Johnny Salim, en cierto modo, fue un pionero. En su momento, el primero y único. El "Tío Johnny" es un ícono. Excelente papá en la vida real y dio oportunidad a sus hijos, todavía muy niños, para aprender la lección y, allí estuvieron. Un personaje inolvidable y favorito del público infantil y de los padres que confiaban en su talento y excelente carisma. Pasó su etapa y su deceso conmocionó al Perú. Al reseñarlo, evocamos su vieja amistad, aquella feliz de sus primeros años de locutor. Gracias.

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