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viernes, 18 de febrero de 2011

"ALBERTO SALAZAR PIZARRO". ¡TREMENDA VOZ! CON EL TRADICIONAL ESTILO DE AYER.

Como si fuera magia, extraigo de ese cofre de los recuerdos otro nombre ligado a la locución. Esta vez es Alberto Salazar Pizarro, incondicional amigo y perteneciente a una difícil época para quienes no tuvieran los requisitos necesarios para ser locutor. Imprescindible, buena voz. Alberto la tenía y potente. Quizá exageraba  su condición vocal y, como locutor comercial, algo parecido a Lucho Vélez, de quien se comentaba que su voz distraía a los jugadores del fútbol. Se transmitía al borde del campo en el viejo Estadio Nacional.

Perteneció a las canteras de Radio Colonial, la de Juán Sedó, Alberto Mecklemburg, Carlos Curonisy y otros. Luego destacaría en Radio Central, hasta que la adversidad se hizo presente y perdió la voz. Quizá tanta exigencia, para nosotros innecesaria, porque existían los moduladores de sonido. Se acostumbró a la "grita" y pagó caro su modo de hacer locución. Tuvo que adaptarse a un nuevo estilo pero, lamentablemente, no fue igual. Su dicción fue inobjetable y muchos sentimos lo que le sucedió.

Alberto Salazar, fue un personaje carismático y amigo de todos. La bohemia nos solía reunir en el Zela o el "Gato Negro" y con César Augusto, mi hermano menor, contemplamos amaneceres y a Venus cuando se escondía. Amante de contar historias y confesar sus penas. Gratísimo en el buen sentido de la palabra. Aún están en nuestras vivencias esos brindis en el "Munich" o en el bar alemán, cercano al Pasaje Olaya. Su voz destacaba por lo estruendosa y su persona por lo cálida y cordial.

Nos acompañó en uno de los amargos momentos de la vida. Estuvo presente tanto en el velorio y acompañó a los Serván, en el entierro de Angel, nuestro hermano mayor. Perteneció al plantel de "Pregón Deportivo" y, como amigo, podríamos asegurar que fue ejemplar. Tiempos de Oscar Artacho, Miguel de los Reyes y Raúl Goyburo. Alberto Salazar como Lucho Vélez, congeniaron mucho con Angel en vida y luego con César, el menor de mi querida familia. Están siempre en nuestros recuerdos.

Como locutor comercial se adaptó más en los elencos deportivos. También narraba los grandes eventos de automovilismo y era frecuente ubicarlo en algunos de los puntos de transmisión gritando: ¡Coche a la Vista! Fue su mejor momento. Lo reemplazaba en Central cuando emitía las noticias con su característica voz, muy potente y pronunciando con una claridad total los sucesos del día. Nos alentaba con verdadera sinceridad en la emisora de la calle Belén y tenía siempre felicitaciones para lo que hacíamos. Un noble colega.

La muerte lo sorprendió en un avión y en pleno vuelo. Retornaba a Lima y un mal cardíaco se lo llevó para siempre, según testigos, apaciblemente. Nosotros lo hemos hecho volver en esta reseña. Ha sido un vuelo imaginario al ayer, al de las nostalgias y recuerdos. ALBERTO SALAZAR PIZARRO, nos ha visitado y permitido que sepamos lo que fue y lo que significó en la locución peruana. Creemos haber cumplido una vez más con nuestro sagrado objetivo que no ceja, a pesar de las adversidades. Gracias. 

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