Respondo a la interrogante que nos hicieron en el último Seminario de Locución Internacional, llevado a cabo en Lima en el auditorio de PETROPERU. Fue organizado por la Asociación de Locutores del Perú que preside la destacada locutora y narradora de noticias Rosa Lozano Portocarrero. Lo hacemos sin ánimo alguno de crítica y convencidos que la evolución del mundo también nos afecta a los locutores. Importante era oír por las escasas emisoras radiales de ayer, a las voces más selectas de aquellos tiempos.
Paralelo al tipo de locución que comento, estaba el canto. En cierto modo, todo era imitación de lo mejor. Los estilos eran diferentes en cuanto a canciones e intérpretes. El mundo del canto tenía a maestros de la voz y los italianos se distinguieron siempre por haber poseído a figuras del calibre de Caruso, Gigli o Schipa, por nombrar a tres de los más famosos. Italia, era la escuela del "Bell Canto". Aquel, era el patrón para todos los cantores. Se cantaba así, antes de la aparición de la radio en los teatros y sin micrófonos.
La radio de ayer en el Perú y hablo de lo que pude oír desde que tuve uso de razón, era un desfile de voces extraordinarias. Llegué a escuchar a Julio Garazaytúa en Radio Nacional del Perú y, con esa vocación que llevábamos por dentro, comprendimos que se trataba de algo especial. Una clase de dicción, tono y acento. Sus narraciones desde el Campo de Marte, aquellas de los Desfiles de Fiestas Patrias, tenían una resonancia que, cuando en 1954 ingreso a la radio, se le seguía recordando con admiración.
Según César Miró, tuvimos la suerte de ser oyentes de la BBC de Londres, emisiones en castellano y que, a través de la Onda Corta, operaba con sus noticieros y luciendo las voces "baritonales" de sus locutores. Los argentinos con Radio "El Mundo" de Buenos Aires, presentaban sus programas con locutores de la misma tesitura vocal. Las voces graves, no tanto las muy bajas, eran las que el público aceptaba con mayor agrado. En cuanto a las damas, fue algo similar. Voces pausadas y con timbre de adulto.
|
Carlos Montalbán
Mexicano |
Muy importante fue el concurso de libretistas o guionistas. Eran quienes preparaban los textos asignados al locutor y, por lo tanto, no existía error alguno en el lenguaje. El locutor en el aire, era todo un actor. Debía interpretar los libretos de manera natural. Todo se hacía respaldados por un guión. Los radioteatros fueron otra fuente de buenas voces y el público hacía héroes a los personajes interpretados. La "voz microfónica", la que se adaptaba mejor a la radio, era la preferida por el oyente.
Todo aquel encanto del que gozamos nosotros, se ha perdido. La televisión terminó con el imaginario de la radio y lo reemplazó por "figuritas" para la vista. Poco a poco se fueron perdiendo las voces, reemplazadas por todo lo espontáneo. Ya no hay voces varoniles y hasta se exagera contratando a amanerados que le dan otro sentido y ejemplo a la juventud. No se respeta el idioma con el concepto errado de "eso es lo que le gusta a la gente". Por eso, salvo raras emisoras, todo es una caricatura radial. Tiempos que no volverán y seguiremos añorando. Gracias.