Aún recuerdo como si fuera hoy a José Eduardo Cavero Andrade, dueño de radio Victoria, preparando anticipadamente sus bromas para "El Día de los Inocentes". Cada 28 de Diciembre y frente a su máquina de escribir, se las ingeniaba para sorprender a su público y ¡vaya si lo lograba! Nos tocaba narrar noticias con Alberto Arenas en el Radioperiódico "El Mundo". Debemos recordar que, por esos tiempos, las noticias escandalosas y en especial las policiales, se leían al final y sin tanto extremismo. Ese era su lugar.
Alberto Arenas, con esa voz imponente y dando realce a las noticias, me cortó cuando leía una información y dio "el flash". "Disculpa Carlos, esta noticia es de último minuto y procede del Ministerio de Educación. Se informa que se ha detectado una peligrosa inclinación de sus bases estructurales y se ha ordenado que todo el público y trabajadores abandonen el edificio". Por aquellos tiempos el local del Ministerio de Educación en el Parque Universitario, era una de las pocas edificaciones de gran altura. Realmente la noticia impactó. En su oficina, Eduardo Cavero festejaba su ingeniosa manera de hacer "inocente" a su gran masa de oyentes.
Otro de estos "flash de último minuto" lo dio Marco Antonio Castro y desde el lugar de los hechos. En el control maestro José Ugaz ponía un fondo de ruidos y estáticas que hacían borrosa la información. "Atención estudios! Nos encontramos en Villa El Salvador donde acaba de aterrizar un "platillo volador". Podemos observar que descienden de él unos seres pequeños y de gran cabeza y enormes ojos abiertos. Un pedido a las autoridades para que tomen cartas en este sorpresivo aterrizaje de los "marcianos". El libreto muy ingenioso y desde la cabina escuchábamos la carcajada del gran broadcaster Cavero Andrade.
Por esas épocas se exhibían las películas de Flash Gordon y el Planeta Mongo o "El Espectro del otro Mundo"y otras que fueron sensación en los cines de barrio. Una noticia de esa naturaleza conmovió a los oyentes y se siguió fingiendo la información con ruidos y estáticas que no la dejaban percibir de manera clara. En mi barrio de Surquillo, un 28 de Diciembre hallé a una querida repartidora de pan que se llamaba Dorita. Lloraba porque en la radio habían anunciado un terremoto. Otra broma de "inocentes" y creída fácilmente, La tranquilizamos con felicidad, pero no dejaba de llorar.
Igualmente se evocaba aquella transmisión de Orson Welles en los Estados Unidos de Norteamérica que anunciaba la guerra de dos mundos. De manera extraordinaria y como actor y tremendo locutor, había inventado una noticia truculenta que alborotó a los habitantes de ese país. Creo inclusive que se le anuló la licencia de locutor y tuvo que aceptar una serie de sanciones. Pero el 28 de Diciembre se aprovechaba del Día de los Inocentes para, en la radio, sorprender a los oyentes con increíbles historias. En la emisora que laborábamos, Radio Victoria, era nada menos que su propietario, Dn José Eduardo Cavero, el que se encargaba de hacer caer en esta inocentadas a sus artistas y locutores.
En Lima, en casi todas las radiodifusoras de esa época, se propalaban muchas bromas que causaban efecto en los crédulos que sintonizaban sus ondas. En cada barrio y hogar sucedía lo mismo. Las tomaduras de pelo tenían su mejor momento. ¡Hay del que se "picaba"! Desde allí recuerdo esa frase "el que se pica pierde". Una tradición que se repetía año a año y que podíamos percibir en los noticieros de la televisión de todos los países del orbe. Sólo tiene efecto hasta el medio día del 28 de Diciembre. Esperamos no les haya sucedido algo igual. Gracias.
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